EL MATRIOMONIO, ESA REALIDAD CASI DESCONOCIDA
(Comentario a un artículo del Dr. Luis Fernández Cuervo)
Maestro a los alumnos: Una frase del Evangelio en relación al matrimonio: Niña: “Padre , perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Como están hoy las cosas la respuesta de la niña no parece una equivocación bíblica sino un mensaje profético, un certero diagnóstico.
Nuestra sociedad está mal porque están mal las familias y estas están mal porque están mal los matrimonios y estos están mal porque muchos de ellos no son verdaderos matrimonios, o lo son en precario. Se podría preguntar si mi muchos de los que se casan, ¿saben realmente lo que hacen?
El primer camino equivocado hacia el matrimonio es no haberse reservado los dos, o al menos uno de ellos en la continencia sexual. Llegan ya con el pastel comido muchas veces .El mejor regalo de bodas ya ha sido regalado mucho antes en experiencias múltiples.
Con este antecedente será algo ya usado, que se vuelve a usar, que se goza pero que admite comparaciones con anteriores encuentros.
Una pregunta indiscreta : ¿Cuál fue la fuerza que los llevó a casarse?
-conveniencia económica? – posición social? –atracción sexual sentimental?- idealización y desconocimiento del cónyuge?
Otro camino equivocado : Por egoísmo, por no estar solo, porque alguien me ame y me sirva. Porque el otro es mío, adquirido para mí.
Con todo lo anterior no se sostiene un matrimonio por mucho tiempo. Nada de eso resiste la dura rutina de los días , ni la aparición de los defectos del otro/a.
Un Joven pensaba casarse. El veterano que le escuchaba le miró de arriba abajo y con una sonrisa irónica le preguntó: “Tienen ustedes dos , temas de conversación, como para cincuenta años?” Bueno, maestro, creo que no.- “Entonces , mejor no se casen”.
Lo que mata a muchos matrimonios es el aburrimiento mutuo, el no tener nada que decirse, ni nada de qué admirarse .
Tampoco se reaviva el matrimonio por la vía de mejorar el placer, buscando técnicas sexuales más gratificantes. (El kamasutra, es la biblia de los que perdieron el sabor verdadero de la unión íntima). Alguien ha dicho que los sexólogos son la ruina del amor. El matrimonio no es ingeniería, ni piruetas sofisticadas, ni pornografía. Debe haber algún lazo más resistente que el atractivo sexual para mantener un matrimonio.
Surge rápidamente el socorrido argumento: “Como ya no la quiero, me descaso.”Puro egoísmo utilitario.
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